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Su cama se encontraba cerca de la única ventana existente. A su lado, otra compañera de habitación igualmente grave, yacía acostada sin poder incorporarse.

 

La que estaba cerca de la ventana describía para ella todo lo que veía a través de ésta.

 

Por lo visto, la ventana daba a un lago. En él nadaban cisnes y patos. Los niños se acercaban entre risas a darles de comer. También había barcas de alquiler en las que se divertían parejas de enamorados.

 

Una anciana encantadora acudía a dar migas de pan a las palomas.

 

Los árboles eran grandes, majestuosos. Debajo de ellos, había unos preciosos bancos de mármol.

 

También había un jardín lleno de flores de todo tipo, con un seto a su alrededor.

 

A veces se veía al jardinero recortar el seto y darle forma de un animal que parecía una gacela…

 

Un día murió la mujer de al lado de la ventana.

 

Su compañera pidió a la enfermera que le cambiara a la cama cerca de la ventana y que le recostara para poder mirar por ella.

 

Entonces descubrió que ésta daba a un muro de hormigón vacío y gris.

 

Lo siento si esta historia te puso triste.

 

Pero quiero que entiendas el mensaje de fondo:

 

Es vital que sepas contar las historias adecuadas a tus clientes para que “vean” y “sientan” tu producto.

 

Y ojo, estas historias no deben ser esas que tú llevas en mente y que hablan de tu producto, de su calidad, de su belleza, de sus años de trayectoria..

 

Las historias tienen que ser a gusto del consumidor.

 

Como las que era capaz de transmitir aquella mujer enferma en la habitación de un hospital.

 

Porque si no, aburres al personal con cuentos que no le interesan en absoluto.

 

En fin, hay quien confunde contar historias con aburrir a un muerto.

 

Además, no hay nada más desalentador que escuchar “Te contaré una historia…”.

 

Vas de culo, fatal de tiempo.. y la verdad, no tienes tiempo de moralinas.

 

Contar una historia no es decir que vas a hacerlo, es meterte de lleno en ella, comenzando por una situación que le suena muchísimo a tu cliente.

 

Hay una forma de contar historias y vender con ellas, pero solo la cuento en mi niusleter. Te apuntas abajo:

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