Ojo, no la moto, sino una moto.
Bien, hace tiempo vi un anuncio cuyo titular se me quedó grabado.
Vendía Harley Davidson, pero ya sabemos a estas alturas que Harley Davidson no vende motos. Eso lo hace cualquiera. Lo que vende en realidad es libertad, rebeldía, aventura, conocer el mundo con tus propias reglas.
Y la verdad es que eso es lo que se siente cuando vas en una moto. Recuerdo cuando hace muchos veranos crucé el desierto de Almería en pleno agosto. Había rebeldía en ello, y también mucho desconocimiento sobre la ropa más adecuada para llevar.
En fin, anécdotas y quemaduras aparte.. Volvamos al titular.
Pero antes, enmarquemos en qué momento salió este anuncio.
Hacía poco que habían sucedido los atentados del 11 de septiembre y la gente, estaba digamos… buscando nuevas formas de viajar antes que meterse en un tubo metálico con potenciales terroristas. Vamos, que en el ambiente se respiraba un cierto miedo a volar.
¿Qué mejor momento para vender motos? Ético, no ético.. bueno, ese no es el debate. Además, el anuncio invierte la idea de peligro, ya que, no hay forma más peligrosa de viajar que en moto.
Si lo has hecho, también lo sabrás. Eres una endeble ramita a merced del rebufo de coches y camiones. Y cuando pasan a tu lado, realmente acojinan.
Casualmente, el avión es la forma más segura de viajar pero el 11 S estaba ahí, y es sabio atender al ambiente.
El anuncio tenía muy poco texto, poquísimo, pero el titular era espectacular junto a una gran foto de la típica highway americana, vacía de tráfico, montañas de fondo y un motero en busca de aventura.
Visualiza esa imagen y añade el siguiente titular:
“En algún lugar de un avión, un hombre están intentando abrir una pequeña bolsa de cacahuetes”.
Ahí lo llevas.
Hace que suene pequeño, patético, acomodado… se lo está perdiendo todo, mientras desparrama esos frutos secos en la entrepierna de su acompañante. Además, el espacio en un avión es limitado mientras que en una moto, la carretera es toda tuya.
Así se pinta una historia con una imagen y un titular.
Dos experiencias distintas y una pregunta que no se formula, pero que recorre la mente del lector:
¿Quién te gustaría ser?
Así que cuando escribas un titular para tu web, no pongas una frase vacía, no digas obviedades sobre tu producto. Elige una emoción y fija con las palabras.
Tengo una niusleter donde aprendes cada día un consejo de redacción y ventas para sonar radicalmente distinto del resto. Te apuntas abajo: